Mediante el amor social podemos construir la verdadera comunicación y la Solidaridad Humana

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 En la era de la comunicación, estamos perdidos, no nos comunicamos de verdad, y poco nos conocemos en nuestro interior. Resultado: La insolidaridad e injusticia humana.

 

Sí, el amor es un desafío que debemos conquistar y proyectar para permitirnos una real comunicación. De ello resulta de la mayor trascendencia abordar dicha necesidad humana, y es paradójico que precisamente, en la era de la comunicación, estamos perdidos, no nos relacionamos de manera autentica con el otro. Pareciera que lo más difícil para el ser humano es conocerse a sí mismo. Sí poco buscamos conocernos en lo íntimo, más difícil resulta relacionarnos con los demás, entablar una comunicación real y efectiva. En ello estriba el desafío de nuestra era.

Ese es el desafío, buscar un dialogo en esas dos vías y vertientes. Puesto que el ser humano dialoga raramente consigo mismo para buscar la fuente de la paz y armonía personal. Y debido a que de hecho, la sociedad contemporánea, practique poco esa necesaria y autentica comunicación con el otro en busca de la paz y armonía social.

Esa es la paradoja de la llamada postmodernidad en que nos encontramos.

Afirmamos que nos encontramos aprisionados, por los excesos de una comunicación que no une, sino dispersa. Y de que los medios comerciales tratan de manera tangencial a temas y contenidos de real comunicación. 

Solo para ilustrar la superficie de dicho desdén. Veamos nuestra televisión nacional, dominada por un duopolio, vacía de temas que realmente nos informen y unan; convertida en altar al chisme, de la banalidad extrema; caricatura de lo que dicen que somos y de lo que en última instancia quieren convertirnos. Solo nos ven como consumidores, seres incapaces de reflexión. Glorificadores de lo superfluo, para decir lo menos.

Así, resulta indispensable tomar conciencia de que debemos buscar una verdadera comunicación. De la  necesidad de encontrar una real comunicación, de esa senda donde florezca la comunión de los anhelos y la apetencia necesaria para construir vínculos de solidaridad con todo lo viviente.

Debemos buscar en esa hoja de ruta, el inicio de una autentica comunicación, la cual tiene su raíz en la reflexión introspectiva y que de ella deviene la luz del la conciencia individual y con ella, abre espacion a posibilidades de solidaridad, que podemos denominar como amor social.

Es una tragedia que nos detengamos poco para meditar, que nos gana el frenesí de las ambiciones vanas…..

No queremos pensar, y saber qué con el amor por herramienta podemos adentrarnos, salir fortalecidos, en ese misterio que percibimos, sentimos y conocemos por la dualidad que no sabemos armonizar.

Sentimiento que nos hace sentirnos divididos y fragmentados, hundiéndonos en una sensación de soledad.

Esa es la enfermedad de nuestro tiempo, La Soledad.

La sentimos porque no sabemos.

Y no nos atrevemos a buscar.

Y por ello, a pesar de estar inmersos en una multitud, nos sentimos realmente solos.

A pesar de nuestros pequeños lujos y riquezas solemos sentir esa soledad que aniquila la solidaridad humana.

No lo permitamos, es una cuestión de vida.Entendamos que de No comunicarnos con la verdad, con honestidad, estamos fincando las bases de nuestra aniquilación como especie.

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