‘Revolución por guión’: ¿Qué tienen en común las revueltas del siglo XXI?

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Las revoluciones del siglo XXI han sido levantamientos civiles que suelen nacer en entornos urbanos, en plazas que son vistas y seguidas en las redes sociales y tuiteadas en todo el mundo gracias a la mecha que enciende Internet y cuya popularidad, datos, fotos, vídeos y declaraciones se extienden por todo el planeta en diferentes idiomas gracias a los medios de información.

Todas ellas conforman un fenómeno que se ha extendido más allá del norte de África y que han despertado conciencias antes apagadas o que quizá han sido encendidas por motivos ocultos e intereses de terceros. Es la primavera revolucionaria.

Desde Túnez hasta Siria, pasando por Egipto y Libia, estas revueltas han seguido un patrón, una hoja de ruta que, teniendo en cuenta las particularidades de cada nación, se asemejan demasiado.

Reivindicaciones, sucesos, muertes, enfrentamientos, actuación de cuerpos policiales, condena del exterior, injerencia de otros Estados. Características que nos llevan desde el caluroso continente africano al gélido corazón del este de Europa: a Ucrania.

Pese a que parezca descabellado comparar estas revoluciones entre sí, y más aún asemejar los sucesos que en los Estados africanos se han desarrollado, con lo que pasa en Ucrania, lo cierto es que casi hay más elementos que los enmarcan en una misma senda que aquellos que pueden separarlos.

Todos ellos serán desvelados en el programa ‘Revolución por guión’.

Al contrario que en el juego de encontrar las diferencias, en este programa Javier Rodríguez Carrasco se ha propuesto ‘hallar las 7 semejanzas’ en los levantamientos de Túnez, Libia, Egipto, Siria y, por supuesto, Ucrania.

1. Regímenes asentados socialmente

En todos los casos de los que estamos hablando, estos países tenían en el poder a personalidades y políticos que bien de forma democrática o por haber liderado alguna revolución ocupaban sus cargos otorgando cierta calma social y estabilidad aunque también despertaban suspicacias y críticas. En algunos de los casos, el ambiente social siempre había sido más criticado desde el exterior que desde el propio seno de esas naciones.

2. Origen: promesas y esperanzas de mejoras sociales y de democracia

Un común denominador de estar revoluciones es que los manifestantes y congregados en las plazas y calles pedían mejoras sociales. Decían que estaban hartos del régimen que les gobernaba y que querían más derechos. Se habla de represión, de dictaduras, de opresión. Algunos términos propios de sistemas políticos de otra época. El aspecto económico también ha jugado un gran papel. Se habla de falta de empleo, de acumulación de riquezas, corrupción por parte de las cúpulas y élites políticas.

3. Protestas en progresión: violencia criminalizada desde Occidente, acusando al mandatario y no a la insurgencia

En todos estos levantamientos sociales, las protestas han ido ‘in crescendo’. Es decir: lo que empezaba con manifestaciones pacíficas para pedir más democracia, mayores libertades y el fin de la opresión desembocó en fuertes disturbios que en algunos casos han provocado grandes catástrofes.

4. Lentitud diplomática

En todos los procesos, la mediación de los organismos internacionales competentes no ha sabido llevar la misma velocidad a la hora de tomar decisiones resolutivas a la que lo hacía el incremento de bajas civiles. Tenemos como caso más evidente el de Siria. Aún se está pendiente de intentar llegar a algunas conclusiones de Ginebra 2.

5. Abstención de Rusia ante injerencia extranjera

Ha quedado claro que tanto EE.UU. con el apoyo de la OTAN como gran parte de Occidente (incluyendo a países europeos como Reino Unido y Francia) se han posicionado siempre en estos conflictos con un claro mensaje, quizá algo mesiánico: “Nosotros os salvaremos del opresor, os daremos la libertad y tendréis una vida mejor sin soportar ningún yugo”. Palabras que suenan a cita bíblica, pero que no están tan lejos de las que hemos escuchado a personalidades como Hilary Clinton, Nicolas Sarkozy, David Cameron o el propio Barack Obama.

6. Presente decadente, futuro incierto y recorte de garantías sociales

Estas son preguntas que el tiempo va contestando por sí solas; y leyendo informes de las ONG, comparando la evolución de la sociedad en esos estados y comparando los datos económicos se pueden contestar. Este último aspecto nos lleva a nuestra sexta similitud de estas revoluciones. Presente decadente, futuro incierto y en algunos casos (la mayoría) un recorte de garantías sociales: en definitiva, esos países no están mejor de cómo estaban tras las revoluciones.

7. Bajas humanas y sufrimiento de civiles inocentes

La última y quizá más dolorosa de las similitudes. Son los más débiles en estos casos los que se llevan la peor parte. Miles y miles de personas que ven afectadas sus vidas y que incluso la pierden por estos conflictos que como les hemos intentado demostrar parecen seguir un mismo guión, un patrón y una hoja de ruta similar.

actualidad.rt.com

 

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