Mala y desequilibrada, la dieta del mexicano, concluye encuesta

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La dieta de los mexicanos es de mala calidad, excedida al doble en bebidas azucaradas y productos con alta densidad energética, y muy bajo consumo de cereales, leguminosas, frutas y verduras, reveló la Encuesta Nacional de Salud (Ensanut) 2012 sobre los alimentos que se consumen en el país.

El estudio, complementario del que se dio a conocer el año pasado, también da cuenta de que México tiene el peor desempeño en América Latina –junto con Panamá– en lactancia materna. Sólo 14 por ciento de los niños de cero a cinco meses de edad se alimentan en forma exclusiva con leche materna.

Juan Rivera Dommarco, del Centro de Investigación en Nutrición y Salud del Instituto Nacional de Salud Pública (INSP), presentó ayer los resultados del análisis de los datos obtenidos en las entrevistas a una muestra de 10 mil 886 hogares de la Ensanut, la cual contiene información de más de 50 mil familias.

Respecto a los bajos niveles de lactancia materna, comentó que es un problema muy serio de salud pública, pues aunque 93 por ciento de los bebés la reciben al nacer, sólo 14 por ciento la conserva como su alimentación única hasta los cinco meses de edad y para 25 por ciento se combina con otros productos. Un dato positivo es que cuando corresponde introducir en la dieta de los niños los alimentos sólidos, 95 por ciento de las mamás selecciona productos nutritivos.

De cualquier manera persiste la anemia entre prescolares, de acuerdo con Sonia Almeida, directora de Nutrición, Salud y Bienestar del Fondo Nestlé para la Nutrición. El organismo financió esta parte del estudio realizado por el INSP. Ayer, antes de la ceremonia oficial, la especialista comentó que entre los hallazgos está que sólo 20 por ciento de los menores desayuna y apenas 17 por ciento de los niños en edad prescolar consume frutas y verduras; pero entre adolescentes el indicador se reduce a cuatro por ciento.

De hecho, el sector de los adolescentes es el peor alimentado. Entre los problemas, el más frecuente es la omisión del desayuno y que la primera ingesta de comida se realiza alrededor de las 10 de la mañana, indicó.

Almeida resaltó que además de deficiencias nutrimentales, no desayunar repercute en el desarrollo y desempeño escolar de los menores e, incluso, tiene efectos negativos en la edad adulta.

Más tarde, Rivera Dommarco puntualizó que, en general, la dieta de los mexicanos es de mala calidad. Mencionó el caso de los hombres adultos que, de los macronutrimentos que consumen, 53 por ciento son hidratos de carbono, y de éstos 14 por ciento provienen de productos con azúcares añadidas; 31 por ciento son grasas y de éstas más de un tercio son saturadas; y 15 por ciento corresponde a proteínas.

El investigador también señaló que los alimentos de los mexicanos no se apegan a los consumos recomendables para los diferentes productos: sólo 10 por ciento de la energía debe provenir de las grasas saturadas, pero 54 por ciento de las personas rebasan este límite; lo mismo es para los azúcares, pero 72 por ciento ingiere más de este porcentaje. En cambio, la ingesta de fibra debe ser de 32 gramos diarios, pero 65 por ciento está por debajo de la recomendación.

Al comentar sobre los micronutrientes (vitaminas y minerales), Rivera mencionó que 77 por ciento se obtiene de los alimentos indispensables (cereales, leguminosas, leche, alimentos de origen animal, frutas y verduras). En tanto, 23 por ciento es de las llamadas calorías discrecionales, es decir, las contenidas en bebidas azucaradas como refrescos (11 por ciento) y productos con alto contenido de grasas (13 por ciento).

El especialista resaltó que la ingesta de calorías discrecionales debería reducirse a la mitad y, a la vez, aumentar el consumo de alimentos indispensables, incluidos los cereales, pues a pesar de la tortilla, el nivel de ingesta es bajo en todos los grupos de edad.

De los productos que aportan los azúcares añadidos, 62 por ciento proviene de las bebidas azucaradas y 21 por ciento de alimentos altos en grasas, azúcares y alta densidad energética. La Jornada

 

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