La administración del dinero lleva colateralmente a disminuir por la fuerza algunos gastos y no precisamente superfluos o de antojos. La inflación fue de 4.6 por ciento nomás en la primera quincena de enero del presente año y según una encuesta telefónica reciente del rotativo “Excélsior”, el 62 por ciento de los encuestados considera que su situación económica es peor que en enero del año pasado, denotando que en toda una década, es enero 2014 el más agudo y ruin, derivado por la mayor carestía de los alimentos de la connotada canasta básica que genera apuros económicos en la mayoría de los hogares mexicanos, el 55 por ciento opina que su situación económica está mal o muy mal; la opinión pública chihuahuense quedó manifiesta con la protesta de los productores de maíz, frijol, chile, manzana y leche, pues argumentan que los costos de la materia prima como semillas, fertilizantes, combustibles, energía eléctrica, prácticamente la eliminación de los subsidios y los escasos incentivos, andan con pérdidas; no salen las ganancias más indispensables.
El Banco Mundial en su encuesta más próxima, nos evidencia a los mexicanos como pésimos manejadores del dinero y los costos del mismo, dada la poca planeación que tenemos para el gasto; solamente el 20 por ciento de los encuestados dijo llevar un control estricto de sus egresos, el 34 por ciento consideró que puede enfrentar un gasto imprevisto por enfermedad o accidente y el 70 por ciento tiene problemas para cubrir los gastos básicos como los servicios en el hogar y la comida. Sólo el 28 por ciento de los adultos menores de 60 años tiene planes para cubrir los gastos en la vejez, como consecuencia, apenas el 30 por ciento de las personas mayores de 60 años cuentan con los recursos suficientes para cubrir sus necesidades básicas.
Ante estas circunstancias, le echamos la culpa al consumismo intenso de fin de año…