Por: Adolfo Carrillo Aguirre
En este tiempo atroz, dominado por la violencia, cabe preguntarnos ¿Cómo exorcizarnos del desamor, cómo alejarnos y proteger nuestra persona y alma del dolor? ¿Cómo hacerlo?
Y en www.presenciamexico.com pensamos que esas circunstancias negativas son posibles resolverlas así:
Con el amor y su poder. Con la comprensión.
Con la solidaridad, de ese amor social, que nos hace entender al otro.
Y que solo es posible mediante el poder consciente del amor dinámico.
Que se rebela contra quien niega la vida y la dignidad humana.
Que cuestiona, imagina y crea nuevos mundos y realidades donde la armonía y la paz resultan victoriosas.
Y sí. Cuando el dolor nos invade, invoquemos al amor.
Mediante palabras floridas y cantemos con [rabia incluso] alegría.
Sí. Entonemos ese cante “Jondo” y bailemos esa danza galáctica, sanadora que todos llevamos escondida en el alma, para engarzarnos más allá de la razón.
De las falsedades del intelecto.
Del egoísmo y la ambición, que todo lo oscurece y aprisiona cual red de telaraña.
Invoquemos, dibujemos, incendiémonos con palabras verdaderas; y pronunciemos mantras interminables, Infinitas, eternas.
Conectémonos con ese Yo Interno, démonos cuenta de esa la raíz profunda de nuestro dolor, para cambiar este mundo de porquería que hemos construido.
Y poder rencontrarnos con nuestra fuente de vida, de donde fluye el argamasa que todo lo une,
solidariza y regenera.