Bullying; peligro de muerte para los adolescentes

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Según este estudio, en 2010, tan solo en el Distrito Federal se presentaron 34 casos que terminaron con la muerte de las víctimas, por suicidio, con edades que van desde los 8 a los 13 años de edad.

 

En nuestro Estado, se tienen documentadas acciones de Bullying, principalmente en las principales ciudades, mientras que en muchos de los Municipios, se comienzan a detectar numerosos casos, tanto por la denuncia de las propias víctimas, como por parte de los padres de familia y en algunos de los casos por los mismos maestros.

 

En lo que va del año, la Comisión Estatal de Derechos Humanos, ha implementado un programa de difusión sobre los derechos y responsabilidades de las niñas, niños y adolescentes, en la mayor parte de los Municipios de la Entidad; apenas la semana pasada, se inició en los Municipios de Guerrero, Temósachi y Matachí, visitando todos los centros escolares de nivel primaria y secundaria, con pláticas de información, presentación de obras de teatro con temas de acoso escolar, diálogos con los maestros y los alumnos, mediante una dinámica en la que participan hasta los padres de familia.

 

Recientemente, la Secretaría de Educación Pública, dio a conocer la expulsión de varios jóvenes que se comprobó, ejercían acoso sobre sus compañeros; muy escuetamente se comentó sobre el tratamiento que se les daría a estos jóvenes agresores, porque si sólo se limitaría a reinstalarlos en otro plantel, se cambiaría también sólo de victimas.

 

En la pasada administración del colegio de Bachilleres, cuando el profesor Aguilera era su titular, se tomó un acuerdo en el órgano de gobierno del Sistema, de expulsar definitivamente a un grupo de jóvenes que habían sido sorprendidos en acoso escolar; tuvo que intervenir la ex secretaria de educación para ordenar que se reinstalaran e otro plantel, ante la responsabilidad constitucional de no negar educación a nadie.

 

Este criterio, prevalece en la persona del actual secretario Jorge Mario Quintana Silveyra, quien ha comentado sobre la necesidad de que la dependencia a su cargo, pueda atender más integralmente este problema, aprovechando toda la infraestructura instalada a lo largo y ancho de la Entidad.

 

Lo que parece necesario, es la coordinación que deberá de existir entre las instituciones preocupadas en este problema, para que no solamente se queden en la preocupación, si no que se ocupen en la atención que se requiere.

 

La primera muestra ya la dio la CEDH, al implementar acciones muy concretas de difusión en todos los planteles escolares en la mayoría de los Municipios de la entidad, apoyándose en la estructura con la que cuentan los Municipios, donde los alcaldes, han apoyado incondicionalmente esta labor.

 

Las agresiones que se presentan en los centros escolares, no corresponden exclusivamente a los órganos policiacos, son tan solo una parte de todo el enramado que debe atender este problema, y una parte importante, -tal vez la más-, es la que corresponde a los maestros, quienes en la mayoría de los casos, tienen el primer informe del problema.

 

En los reportes que se han presentado, derivado precisamente de las jornadas de difusión de la comisión Estatal de los Derechos Humanos, destacan acciones de violencia que trascienden el ámbito escolar; jóvenes adolescentes que agreden físicamente en su hogar a sus hermanos y padres, en la escuela a compañeros y en el salón de clases hasta el propio maestro.

 

La primera reacción es la de relegarlo del entorno donde se manifiesta su agresión, pero sin tratamiento psicológico, lo que equivale, solamente a que cambie de victimas.

 

En la génesis de este problema, se mencionan una serie de factores que inciden directa e indirectamente en la personalidad agresiva del adolescente; hogares desintegrados, padres irresponsables, ambiente de agresión permanente, hasta afectaciones psicológicas, como hijos no deseados y abandono parcial de quienes ejercen su custodia o patria potestad.

 

Las consecuencias que generan para las víctimas, son terribles en caso de no detenerse, ya que pueden llegar, -como ya se han presentado casos en Chihuahua-, hasta el suicidio., la incorrecta formación de las personas, con traumas que de no atenderse en a tiempo, pueden ser irreversibles al alcanzar su etapa adulta.

 

El caso más reciente de violencia escolar que se presentó, es el reseñado ayer en el editorial del Diario de Chihuahua, donde una pequeña niña de escasos 8 años, fue víctima de un ataque multitudinario por parte de varios niños y un adulto.

 

Casos como estos, deben ser tomados en cuenta por parte de las autoridades escolares, para apresurar los métodos de detección de potenciales casos de acoso escolar, pero además, para hacer un fuerte llamado a los maestros responsables de grupo, ya que es realmente inconcebible, el hecho de que no se hayan dado cuenta de lo que está ocurriendo en un salón de clase.

 

Los maestros, desde su apostolado, se convertían en líderes naturales de las comunidades donde ejercían su profesión; en las entidades rurales todavía se destacan muchos con ese perfil, desgraciadamente no son todos, pero si se trabajan de manera conjunta, instituciones como el mismo sindicato de maestros, la Secretaría de Educación Pública, las Presidencias Municipales, sumados al esfuerzo que realiza la Comisión Estatal de los Derechos Humanos, el problema se puede enfrentar de una manera eficaz y con resultados medibles en el corto mediano y largo plazo; la realidad lo exige y nuestros hijos lo esperan (aime19_4@yahoo.com.mx)

 El acoso escolar, conocido como el Bullying, es una práctica que se presenta mayormente entre los alumnos de primarias y secundarias, con tanta frecuencia en todo el país, que ocupamos el primer lugar dentro de la OCDE, organismo que aglutina en América a Canadá, Estados Unidos, México y Chile y 26 países de Europa, conforme el reporte que se dio a conocer recientemente.

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