Alerta el BM sobre volatilidad en precios de cereales hasta 2015

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El costo de alimentos básicos está cerca, y en algunos casos ya rebasaron, los niveles récord registrados en 2008, apuntó el Banco Mundial. A partir de 2007, el alza en el precio, sobre todo de granos básicos, provocó protestas en varias partes del mundo, incluido México, y llevó a 100 millones de personas en el mundo a una situación de pobreza, según cifra del organismo.

Datos del Banco Mundial y de la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) indican que actualmente mil 60 millones de personas en el mundo padecen hambre y de ese total 60 por ciento –seis de cada 10– son mujeres.

“En los países más pobres, donde las personas gastan hasta dos tercios de su ingreso diario en alimentos, el aumento de precios vuelve a aparecer como una amenaza para el crecimiento mundial y la estabilidad social”, apuntó el Banco Mundial en el reporte divulgado ayer.

Baja la calidad de salud

Cuando deben afrontar el alto precio de los alimentos, los hogares pobres eligen los más baratos, los menos nutritivos y/o dejan de utilizar los servicios de salud y educación, sostuvo. Los agricultores cultivarán alimentos en lugar de cultivos de mayor ingreso al no poder afrontar la compra de estos productos. La malnutrición contribuye a que se enfermen bebés, niños y madres, a que se reduzca la capacidad de aprendizaje y la productividad y a que aumente la mortalidad. Un tercio de la mortalidad infantil mundial se atribuye a la desnutrición, aseguró.

En el último año, el precio de las materias primas alimentarias se incrementó en 32 por ciento, de acuerdo con un índice de precios elaborado con información del Fondo Monetario Internacional (FMI) y que incluye cereales, aceites vegetales, carnes, pescados, azúcar, bananas y naranjas.

Entre enero de 2010 y el mismo mes de 2011, el precio de referencia del maíz aumentó 58 por ciento; el del trigo lo hizo en 62 por ciento y el del arroz, en cambio, disminuyó 12 por ciento, de acuerdo con un seguimiento de IndexMundi, a partir de datos del FMI (www.indexmundi.com/commodities).

Hace unos días, el presidente del Banco Mundial, Robert B. Zoellick, declaró que “el principal desafío que encaran la mayoría de los países en desarrollo es el riesgo de un gran aumento del precio de los alimentos. Los alimentos representan una gran proporción, cada vez más inestable del presupuesto de las familias pobres y urbanas. Cuando el precio de los alimentos básicos aumenta, los más afectados son los países y las personas pobres”.

En el reporte de este viernes, el Banco Mundial destacó la necesidad de que se aumente la ayuda a los pequeños agricultores para que sean parte de la solución a la seguridad alimentaria.

También planteó la necesidad de mejor acceso a la información sobre calidad y cantidad de las existencias de cereal; mejora de la observación meteorológica, especialmente en África; profundización del conocimiento de la relación entre precios internacionales y locales; pequeñas reservas humanitarias de alimentos a nivel regional en zonas proclives a los desastres; un código de conducta relativo a las prohibiciones a las exportaciones; redes eficaces de protección social; respaldo de desembolso rápido como alternativa a las prohibiciones a las exportaciones, y mejores productos de gestión de riesgos.

 

El costo de alimentos básicos está cerca, y en algunos casos ya rebasaron, los niveles récord registrados en 2008, apuntó el Banco Mundial. A partir de 2007, el alza en el precio, sobre todo de granos básicos, provocó protestas en varias partes del mundo, incluido México, y llevó a 100 millones de personas en el mundo a una situación de pobreza, según cifra del organismo.

Datos del Banco Mundial y de la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) indican que actualmente mil 60 millones de personas en el mundo padecen hambre y de ese total 60 por ciento –seis de cada 10– son mujeres.

“En los países más pobres, donde las personas gastan hasta dos tercios de su ingreso diario en alimentos, el aumento de precios vuelve a aparecer como una amenaza para el crecimiento mundial y la estabilidad social”, apuntó el Banco Mundial en el reporte divulgado ayer.

Baja la calidad de salud

Cuando deben afrontar el alto precio de los alimentos, los hogares pobres eligen los más baratos, los menos nutritivos y/o dejan de utilizar los servicios de salud y educación, sostuvo. Los agricultores cultivarán alimentos en lugar de cultivos de mayor ingreso al no poder afrontar la compra de estos productos. La malnutrición contribuye a que se enfermen bebés, niños y madres, a que se reduzca la capacidad de aprendizaje y la productividad y a que aumente la mortalidad. Un tercio de la mortalidad infantil mundial se atribuye a la desnutrición, aseguró.

En el último año, el precio de las materias primas alimentarias se incrementó en 32 por ciento, de acuerdo con un índice de precios elaborado con información del Fondo Monetario Internacional (FMI) y que incluye cereales, aceites vegetales, carnes, pescados, azúcar, bananas y naranjas.

Entre enero de 2010 y el mismo mes de 2011, el precio de referencia del maíz aumentó 58 por ciento; el del trigo lo hizo en 62 por ciento y el del arroz, en cambio, disminuyó 12 por ciento, de acuerdo con un seguimiento de IndexMundi, a partir de datos del FMI (www.indexmundi.com/commodities).

Hace unos días, el presidente del Banco Mundial, Robert B. Zoellick, declaró que “el principal desafío que encaran la mayoría de los países en desarrollo es el riesgo de un gran aumento del precio de los alimentos. Los alimentos representan una gran proporción, cada vez más inestable del presupuesto de las familias pobres y urbanas. Cuando el precio de los alimentos básicos aumenta, los más afectados son los países y las personas pobres”.

En el reporte de este viernes, el Banco Mundial destacó la necesidad de que se aumente la ayuda a los pequeños agricultores para que sean parte de la solución a la seguridad alimentaria.

También planteó la necesidad de mejor acceso a la información sobre calidad y cantidad de las existencias de cereal; mejora de la observación meteorológica, especialmente en África; profundización del conocimiento de la relación entre precios internacionales y locales; pequeñas reservas humanitarias de alimentos a nivel regional en zonas proclives a los desastres; un código de conducta relativo a las prohibiciones a las exportaciones; redes eficaces de protección social; respaldo de desembolso rápido como alternativa a las prohibiciones a las exportaciones, y mejores productos de gestión de riesgos.

 

 

Periódico La Jornada

 

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